Con mucho entusiasmo, alegría y disposición, continuamos en este cuarto día sembrando nuestro Jardín de la Convivencia, y hoy nos toca cultivar otro valor: La resiliencia, simbolizada en la flor de la cayena. Esta flor, que crece y florece con fuerza aún bajo el sol más intenso, nos recuerda que en la vida siempre habrá pruebas, pero lo importante es cómo las enfrentamos y nos levantamos después de cada dificultad.
La resiliencia nos invita a mirar los obstáculos no como muros, sino como caminos que fortalecen nuestro espíritu. Nos enseña a transformar el dolor en aprendizaje, la caída en impulso y la adversidad en una oportunidad para crecer.
En nuestra comunidad educativa, cultivar la resiliencia significa enseñar a nuestros estudiantes que, aunque los días difíciles lleguen, siempre hay esperanza de volver a levantarse con más valor y más sabiduría. Significa recordar que cada uno de nosotros puede ser fuerte como la cayena, que no deja de florecer a pesar del sol o la tormenta.





